En el contexto actual del ecosistema empresarial y, particularmente, en el ámbito de las startups y empresas en crecimiento, la atracción y retención de talento clave se ha convertido en un desafío estratégico. La competencia por profesionales de alto nivel, directivos experimentados y colaboradores con habilidades críticas obliga a las organizaciones a diseñar esquemas de compensación que no solo sean económicamente atractivos, sino que también fomenten el compromiso a largo plazo con la compañía. Dentro de estas alternativas, los planes de Phantom Shares o acciones fantasma se han consolidado como una solución eficaz, al permitir a la empresa vincular los intereses del talento clave con el desempeño de la sociedad, evitando la dilución del capital y preservando el control societario.
Las Phantom Shares constituyen un instrumento de compensación diferida de naturaleza contractual, por el cual el beneficiario adquiere derechos económicos equivalentes —pero no idénticos— a los que corresponderían a un accionista o socio por la tenencia de un número determinado de acciones o participaciones de la sociedad. Es importante subrayar que no existe transmisión de propiedad accionaria, ni otorgamiento de derechos políticos. El beneficiario no se convierte en socio/accionista, por lo que no adquiere derecho a voto ni participación en las asambleas o juntas. El pago derivado de las Phantom Shares se encuentra directamente vinculado:
El diseño e implementación de un plan de Phantom Shares exige un contrato específico, normalmente aprobado por el órgano de administración y, en determinados supuestos, por la junta general de accionistas (especialmente cuando los beneficiarios son miembros del propio órgano de administración).Un plan típico contempla:
En la mayoría de las jurisdicciones, incluida Argentina, el importe percibido por el beneficiario de Phantom Shares tributa como renta de trabajo personal al momento del cobro, no existiendo obligación fiscal en el otorgamiento inicial. Para la empresa, el pago constituye un gasto deducible en el ejercicio en que se efectúe. En el caso de sociedades con presencia internacional, debe evaluarse la legislación del país de residencia fiscal del beneficiario, ya que el tratamiento tributario puede variar significativamente. Asimismo, en ciertos supuestos, estos planes pueden considerarse planes de compensación diferida no calificada, sujetos a normativas específicas (por ejemplo, en EE.UU., la Sección 409A del Internal Revenue Code).
Desde una perspectiva jurídica y de gobierno corporativo, recomendamos:
Los planes de Phantom Shares constituyen un instrumento jurídico-financiero de alto valor estratégico para aquellas empresas que buscan retener talento clave, alinear intereses y potenciar su crecimiento, preservando la estructura societaria.